Sintiéndolo mucho, Adam, no podía luchar por una cosa que ya se había tomado una decisión antes.
Siempre recordará esa navidad, una navidad sin compañia, que por parte lo agradecería, porque quería estar solo. Por otra parte, Mery cogió una depresión, pero era muy ilógico lo que estaba ocurriendo.
Adam se cansó de esa tontería, ¿por qué luchar por los sentimientos? ¡No huyas de los sentimientos, no cambiaran, afróntalos!
Así que cogió el coche y se fue a Dover, a su casa otra vez. Picó a la puerta. No abrieron. Empezó a gritar hacia su casa:
- ¿No ves que así no conseguimos nada? Fijate por un momento, ¿por qué huyes de tus sentimientos? ¿No te quieres enamorar de mi? ¡Da la cara y explicamelo todo! -dijo Adam.
No obtuvo respuesta.
- Seamos sinceros por una vez, ¿Mery me quieres de verdad? -preguntó Adam.
Se oyó un ruido en el piso de arriba, era ella, salió desde su habitación a la terraza.
- Adam, yo te quiero mucho, tanto que daría todo por ti. Pero no quiero que esto vaya así de rápido.
Yo me enamoré locamente de ti la primera vez que te vi, en esa boda. Todo se empezó a precipitarse y todo se me fue de las manos. Decidí no verte en un tiempo, para que mis sentimientos se fueran calmando, pero veo que no. Es lo que tu dices, los sentimientos no cambiaran, debes afrontarlos, con sus virtudes y defectos. Adam es difícil...Y he encontrado una solución. ¿Por qué huir de este amor? Es possible. Ven a vivir conmigo aquí, a Dover. Deja tu piso, empezemos de cero, desde el principio, como si nada de esto hubiese pasado. -contestó Mery.
- ¡Stop! -exclamó Adam- ¿que estás diciendo que venga aquí junto a ti?
- ¿Qué pasa, no quieres? -preguntó preocupada Mery.
- No es eso, sino que pasamos de no vernos durante un tiempo a vivir juntos y es un paso enorme, y yo quiero que esto vaya bien...
- ¿Tú me quieres Adam?
- Aún no lo se, siento cosas fuertes por ti, Mery, por eso te digo de ir poco a poco. De momento yo me vuelvo a Canterbury y nos seguimos viendo, ¿vale? -afirmó Adam.
- No me lo esperava esto, me dejas con el moco, pero te haré caso, ¡porque te quiero!
- ¿Quedamos mañana por la mañana a primera hora, te vengo a buscar y vamos a desayunar juntos?
- Aquí te espero. Te quiero. -le dijo Mery.
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