dilluns, 5 de novembre del 2012

Sentirse Vivo: Parte V

Desde ese día Mery, salió de la depressión que tenía y Adam namás hizo que pensar en ellos.
Supongo que uno después de estar mucho tiempo con una persona, al final se enamora, y Adam se quería dar una oportunidad a si mismo. 
La mañana siguiente en el cual quedaron para desayunar juntos antes de que Mery fuese a trabajar, fueron a un lugar muy especial para la chica. Ese local, era un sitio muy moderno, servían desayunos muy ricos y elaborados. La decoración de la granja, tenía pintadas en la pared una serie de caricaturas de animales. A Mery le encantaba ese sitio. Lo descubrió el primer día que llegó a Dover. Desde ese día se enamoró de el.
Se sentaron y pidieron un café descafeinado con leche. Ella se tomó un croisant. Estuvieron hablando de qué habían estado haciendo todos estos meses que no se habían visto y cómo habían pasado la navidad.
Ella le explicó que se le habían acabado las lágrimas y no pudo llorar más. Cuando era pequeña tuvo un problema en que paso muchos años llorando cada noche en su cama. Y no lloró desde entonces. Adam quedo alucinado, con la boca abierta. El chico, en cambio, le explicó que estuvo pensando, se rompió la cabeza pensando en lo que pasaba, porque no tenía claro nada.

[...]

Un buen día o quizás una noche, cerca del mar Adam se había dormido, perdió el norte cuando llegó a esa playa cerca de Dover. Mientras Mery trabajaba, Adam se había escapado y fue hacia una playa desierta, a descubrir nuevos horizontes. Faltavan pocos días para año nuevo. Se cogió el abrigo, la bufanda y los guantes y anduvo un buen rato, por ese paraíso. Desde allí se veia Francia, a la otra punta del estrecho, al horizonte que nunca alcanzaría. Tan cerca y a la vez tan lejos.
De camino a casa, Adam iba con el coche, la radio puesta y se puso a llover. El chico oyó que se avecinaba una tormenta muy fuerte cerca del estrecho. Enseguida llamó a Mery, que fuera hacia casa, porque la tormenta estaba al caer.

Unos fuertes días de tormenta dejó sin salir a la pareja. Se quedaron en casa. Adam le explicó que había ido a una playa desierta que había descubierto ese mismo día. Y estuvo pensando que deberían hacer un gran paso adelante. La palabra aquí es C-A-S-A-R-S-E.

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