Desde ese día Mery, salió de la depressión que tenía y Adam namás hizo que pensar en ellos.
Supongo que uno después de estar mucho tiempo con una persona, al final se enamora, y Adam se quería dar una oportunidad a si mismo.
La mañana siguiente en el cual quedaron para desayunar juntos antes de que Mery fuese a trabajar, fueron a un lugar muy especial para la chica. Ese local, era un sitio muy moderno, servían desayunos muy ricos y elaborados. La decoración de la granja, tenía pintadas en la pared una serie de caricaturas de animales. A Mery le encantaba ese sitio. Lo descubrió el primer día que llegó a Dover. Desde ese día se enamoró de el.Se sentaron y pidieron un café descafeinado con leche. Ella se tomó un croisant. Estuvieron hablando de qué habían estado haciendo todos estos meses que no se habían visto y cómo habían pasado la navidad.
[...]
Un buen día o quizás una noche, cerca del mar Adam se había dormido, perdió el norte cuando llegó a esa playa cerca de Dover. Mientras Mery trabajaba, Adam se había escapado y fue hacia una playa desierta, a descubrir nuevos horizontes. Faltavan pocos días para año nuevo. Se cogió el abrigo, la bufanda y los guantes y anduvo un buen rato, por ese paraíso. Desde allí se veia Francia, a la otra punta del estrecho, al horizonte que nunca alcanzaría. Tan cerca y a la vez tan lejos.
De camino a casa, Adam iba con el coche, la radio puesta y se puso a llover. El chico oyó que se avecinaba una tormenta muy fuerte cerca del estrecho. Enseguida llamó a Mery, que fuera hacia casa, porque la tormenta estaba al caer.
Unos fuertes días de tormenta dejó sin salir a la pareja. Se quedaron en casa. Adam le explicó que había ido a una playa desierta que había descubierto ese mismo día. Y estuvo pensando que deberían hacer un gran paso adelante. La palabra aquí es C-A-S-A-R-S-E.
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