divendres, 26 d’octubre del 2012

Sentirse Vivo: Parte II

Todos sabemos el que es estar enamorado de una persona, bien, esta persona aún no lo sabe. 
Adam no había tenido suerte en la vida, aún no había encontrado su media naranja. Él tenía un problema, no sabía como decírselo a Mery, pero finalmente se lanzó:
- Escúchame con atención. Durante mi adolescencia, conocí a mucha gente, pero supongo que yo maduré un poco antes que todos los demás chicos, y eso me causó que no tuviese muchos amigos, porque los veía muy immaduros y alucinaba con lo que hacían. Pero si que es verdad, que uno, algun día tiene que sacrificarse alguna vez, ¿no?. Entonces yo me hice más con las chicas porque las veía que hacían cosas más "normales", y que se podía hablar con ellas. Pero poco a poco, se va conociendo a gente, aunque ya la tengas en cuenta en las redes sociales, pero que empiezas a hablar y te empiezas a entender.
- ¿Dónde quieres ir a parar? -me preguntó dudosa Mery.
- Hasta ahora de todas las chicas que he querido, en algun momento se han enterado y después de un tiempo todo se fue a la mierda y no quiero que me pase más.


Tras un rato de charlas indefinidas, se habían hecho las 5 de la mañana. Tenían ir tirando para casa. La fiesta había acabado hacía ya rato, y no se habían dado cuenta. Adam llevó a Mery a su casa, ella vivía cerca de Dover. Cuando llegaron a la puerta de su casa, se miraron los dos a la cara diciendo bueno:

- Pues nada, gracias por traerme, eres un encanto -dijo Mery-.
- ¿Quieres que quedemos otro día? Si tu quieres...-preguntó Adam-.
- ¡Cómo no! Dame tu número.

Al cabo de unos días, donde pensaban que los dos se habían olvidado, Mery se presentó a casa de Adam. Llamó a la puerta. No era el mejor día para ir a Canterbury, donde residía Adam. 
Con cara de sorpresa el chico abrió la puerta:
- Vaya, ¿que haces aquí?
- Te echava de menos, quería verte...-contestó Mery-.
- Verás...es que...estoy con la familia...
- Será posible, vengo en el peor de los días.
Rieron los dos.
- ¿Quieres entrar? - preguntó Adam-.
- ¿Cómo?
- Lo que oyes, va entra, ¡que me estoy helando! -exclamó el chico-.
Estavan sus padres, su hermana y su cuñado, lo único que tenía. Reunión familiar que se dice.
Toda la familia se sorprendió, pensaron que ya la había encontrado, a esa mujer que tanto buscaba.
Mery dió dos besos a todos y se sentó a tomar el café. Poco a poco, los familiares se fueron, y se quedaron solos. 
-Tú eres lo único que necesito ahora sabes, Adam. Yo entiendo lo que te pasó cuando eras joven, pero cuando creces, cuando eres mayor, te independizas y buscas nuevas tácticas para conocer chicas.- dijó Mery-. 
Adam se sentía confuso, él tambien había sentido cosas, pero no tenía las cosas muy claras...






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